Una vez cumplí mis primeros dos meses viviendo en Holanda me empecé a dar cuenta de como había variado en tan poco tiempo mi opinión sobre el país y sus gentes, y es que toda persona antes de viajar a un país con una cultura y sociedad diferente a la propia, tiene una serie de ideas preconcebidas, estereotipos que invaden nuestras mentes y que indirectamente nos proporcionan cierto estado de control y de seguridad para enfrentarnos a ese nuevo entorno, consecuencia de nuestro innato miedo a lo desconocido, se trata de algo común a la especie humana que nos puede guiar pero claramente no debería condicionarnos ni limitarnos a la hora de abrirnos a un nuevo país con una propia cultura, historia, sociedad, gastronomía, clima...
En primer lugar, haciendo referencia a mis estereotipos con respecto a la gente holandesa y su carácter, les tenía totalmente enmarcados dentro de un carácter frío y no muy abierto a los extranjeros, con un carácter y forma de comunicarse y expresarse algo “estricta” o brusca como los alemanes. Para mi sorpresa y después de tratar con gente holandesa original de distintas ciudades han resultado ser para mi punto de vista, gente bastante abierta al multiculturalismo y a los extranjeros que por supuesto de buena fe y con fines legales van a su país , solo hay que observar a cualquier grupo de estudiantes holandeses, fácilmente entre sus miembros habrá marroquíes y turcos, holandeses de la Antillas Neerlandesas, jóvenes negros de Surinam, Indonesios que muchas veces físicamente se pueden llegar a confundir con los propios holandeses originales. Como podréis suponer se trata del resultado de los últimos 400 años desde la época de Oro durante los cuales inmigrantes de toda Europa emigraron a Holanda y acabaron mezclándose con los nativos. Por ello es muy fácil encontrar mucha variedad genética entre los holandeses y cada vez se parecen menos físicamente los unos a los otros, aunque por supuesto existen rasgos característicos como su altura (se trata del pueblo más alto del mundo , la media es de 1,84 cm para el hombre 1,70 cm para la mujer), su delgadez o digamos “no robustez” seguramente por consecuencia de su altura entre otros factores, muchos de ellos son rubios como en otros países del norte y la mayoría tiene ojos claros, entre los holandeses tener ojos oscuros supone un rasgo distintivo.
Por supuesto hablo de mi impresión general, y como en cualquier sociedad hay variedad de rasgos físicos, comportamientos y costumbres.
En cuanto a la frialdad de su carácter, puedo decir de primera mano que no se les puede catalogar como fríos, desde mi experiencia pienso que se trata de personas sentimentales y emotivas como cualquier otra persona independientemente de su nacionalidad, pero si he de decir que se trata de gente relajada con un tranquilo temperamento y que se exalta poco, sobretodo cuando se expresan o comunican digamos que son todo lo opuesto a la pasión y exaltación de los italianos.
Próximamente hablaré de la personalidad directa de los holandeses, uno de los rasgos que más me sorprendió de ellos y que a día de hoy me sigue sorprendiendo..